Redacción. Madrid
Un estudio liderado por Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y publicado en la revista ‘Journal of Clinical Oncology’, demuestra que, usando en combinación dos fármacos ya utilizados en un paciente con anterioridad pero que han dejado de funcionar, éstos se potencian entre sí y, a la vez, se consigue vencer las resistencias de cada uno de ellos por separado, postulándose como un tercer tratamiento y de rescate en tumores clínicamente avanzados y con metástasis.
Javier Cortés.
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Esto, que dicho así puede no parecer una novedad, puesto que el uso de terapias combinadas en cáncer está al orden del día, explican desde el VHIO, supone en realidad un cambio radical en el manejo de las armas terapéuticas existentes, una gran solución práctica y esperanza para muchos pacientes. “Precisamente la novedad no está en la combinación en sí misma, sino en la combinación de dos fármacos que ya habían sido administrados y habían fallado, por separado, con anterioridad”, explica Javier Cortés, jefe del Programa de Cáncer de Mama del VHIO y principal autor de este trabajo.
El hallazgo, añaden, no sólo aporta nuevas alternativas a pacientes con tumores avanzados -lo más importante- sino que además abre una dimensión paralela a la existente hasta ahora para nuevas opciones terapéuticas, puesto que plantea multitud de combinaciones entre terapias farmacológicas ya existentes que no sólo se potencian sino que contrarrestan las resistencias entre ellas. “El estudio concretamente se ha focalizado en el cáncer de mama HER2 positivo, aunque el concepto puede aplicarse al tratamiento de otros tumores”, añade Cortés.
Aunque todos los avances de los últimos años en screening, diagnóstico precoz y tratamientos han reducido drásticamente la mortalidad por esa causa, aún existen tumores de mama que por sus características biológicas son más agresivos. Aproximadamente un 15 por ciento de los tumores de mama son HER2 positivo y se consideran de este último grupo. Además, afectan normalmente a mujeres más jóvenes. A pesar de que este grupo se ha beneficiado enormemente de las terapias biológicas específicas y dirigidas contra este subtipo (anticuerpos monoclonales), muchos tumores siguen avanzando y hacen metástasis.
Respuesta a los fármacos
“Cuando una paciente con este subtipo de cáncer de mama deja de responder a un primer fármaco y la enfermedad progresa, se le administra un segundo fármaco. Puede que la respuesta a estos dos tratamientos sea discreta o incluso no responda y el tumor siga avanzando. Si entonces tratamos de nuevo a las pacientes con los dos fármacos en combinación cuando ya habían dejado de funcionar de manera individual, lo que nos hemos encontrado ha sido que casi el 50 por ciento de los tumores sí respondían a esta combinación y lo hacían de manera muy positiva: mejorando claramente o manteniendo la enfermedad sin progresión durante un período de tiempo importante”, concluye Cortés.
Para la lucha contra el cáncer se usa la combinación de terapias muy a menudo. Pero el concepto es diferente: no se trata de ver los resultados de combinar el fármaco A con el B, sino que cuando A falla, se administra B y, si éste también falla, podemos volver al punto de partida y empezar con la combinación de ambos fármacos (A + B). Esta estrategia puede suponer un factor multiplicador de opciones terapéuticas sin precedentes.
En el caso concreto de este estudio, se administró Trastuzumab (primer tratamiento de elección para el cáncer de mama Her2 positivo); cuando el tumor progresó se utilizó Pertuzumab (ahora pendiente de aprobación) y cuando siguió progresando se administraron los dos juntos. “Los resultados fueron muy positivos e informativos para nuevos estudios”, afirma Cortés.
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