Redacción. Madrid
La 9º edición del informe Vision&Reality de Capgemini Consulting destaca la creciente preocupación entre los profesionales de la salud y la industria farmacéutica por la escasa adherencia del paciente a la hora de cumplir un tratamiento, lo que supone un efecto significativo en salud y un coste elevado para los diferentes agentes del sector por las repercusiones que ocasiona. De acuerdo con los datos recogidos en este informe, las cifras de adherencia al tratamiento caen significativamente de un 69% en la primera prescripción a un 40% seis meses después.
Según las estimaciones de estudios recientes, la falta de adherencia a los tratamientos ha dado como resultado la muerte de 194.500 personas en Europa y 131.400 en Estados Unidos, señalan desde la consultora. A ello habría que añadir el coste adicional que esto supone para el sector salud, valorado en 125.000 millones de euros en Europa y cerca de 300.000 millones de dólares en EEUU. Mejorar la adherencia del paciente a los tratamientos contribuirá a mejorar los resultados de los sistemas de salud al mismo tiempo que se reducen los costes del sistema sanitario. Por eso, la adherencia del paciente al tratamiento está empezando a cobrar importancia entre las autoridades sanitarias, las compañías aseguradoras y proveedores del sector.
El cumplimiento del tratamiento por parte de los pacientes es difícilmente controlable porque cada situación es específica, está basada en el comportamiento del paciente y en el trato que recibe. Los sistemas de salud no disponen de incentivos para alinear a los stakeholders para monitorizar y mejorar la adherencia a los tratamientos. Un bajo entendimiento de las necesidades de los pacientes y sus comportamientos, una priorización insuficiente o enfoques aislados pueden derivar en un abandono del calendario de medicación prescrito o en una administración errónea de la dosis.
Ante esta situación, Capgemini Consulting hace una serie de recomendaciones entre las que se cuentan considerar la adherencia al tratamiento del paciente como una preocupación estratégica y situarla al mismo nivel que la iniciación del tratamiento; considerar la adherencia como parte de la propuesta de valor del producto desde el inicio de su desarrollo; analizar y entender cuándo y por qué se produce el abandono del tratamiento por parte del paciente o mejorar la colaboración entre stakeholders (cuidadores, pacientes, proveedores, etc.) para lograr la adherencia.
Además, propone maximizar el contacto con el paciente en las etapas críticas del ciclo de vida del paciente con el tratamiento para abordar los riesgos de abandono; focalizar la inversión de recursos en los pacientes adecuados, identificando aquellos que siguen el tratamiento frente a aquellos que habitualmente nunca responden a incentivos o iniciativas de apoyo; enriquecer la experiencia del paciente; y buscar la opinión de los pacientes sobre sus programas de adherencia y mantener un ciclo de mejora continua.
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