Martes, 05 de noviembre de 2013 | Número 27
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Especial 58º Congreso de la SEFH |
Según PIlar Tejada |
El farmacéutico de hospital es clave en la seguridad de la nutrición intravenosa |
Vigila las posibles complicaciones metabólicas, mecánicas e infecciosas frecuentemente asociadas al catéter y debe prevenir las posibles incompatibilidades o interacciones |
Redacción. Málaga
La alimentación por vía parenteral consiste en administrar por vía intravenosa los líquidos y nutrientes necesarios para el paciente, ante la imposibilidad de éste para ingerirlos vía oral o enteral. Normalmente se estable la necesidad de nutrir por ésta vía cuando el paciente no alcanza al menos un 60 por ciento de las calorías necesarias y durante varios días. “La figura del farmacéutico de hospital (FH) aquí es clave, pues trabaja para lograr una provisión segura y de calidad del soporte nutricional en los pacientes alimentados por vía intravenosa, con el objetivo prioritario de nutrir con los mínimos riesgos para el paciente. Por su especial formación, elabora las mezclas nutritivas asegurando la estabilidad y esterilidad de las mismas, valora e interpreta alteraciones analíticas, vigila las posibles complicaciones: metabólicas, mecánicas e infecciosas frecuentemente asociadas al catéter y debe prevenir las posibles incompatibilidades o interacciones entre nutrientes y fármacos”. Así lo ha asegurado la doctora Pilar Tejada, coordinadora del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) en el marco del 58º Congreso que la Sociedad ha celebrado en Málaga.
Hay gran disparidad de utilización de nutrición parenteral entre distintos hospitales, según la tipología y grado de complejidad. Entre los distintos Servicios de un hospital también hay variación. Los Servicios quirúrgicos y las UCIs son los que más demandan ésta actividad, dado que según apunta esta experta de la SEFH, “se estima que entre un 5-15 por ciento de los pacientes en Cuidados Intensivos necesitan alimentación por vía parenteral, en algunas ocasiones el porcentaje es mayor y en ocasiones por tiempo prolongado”.
La mayoría de pacientes adultos sometidos a nutrición parenteral son pacientes a los que se les ha practicado una cirugía complicada. “Entre los pacientes que se alimentan por vía parenteral nos encontramos con pacientes que han sido sometidos a cirugía oncológica, que sufren íleo paralítico o padecen obstrucciones intestinales, entre otras; también en niños se suele utilizar la vía parenteral en prematuros, en enfermedades gastrointestinales, o intervenciones del tracto gastrointestinal o cuando sufren alteraciones congénitas del aparato digestivo”, explica la doctora Tejada.
Seguimiento clínico y nutricional
Los pacientes alimentados por vía intravenosa requieren un seguimiento clínico y nutricional con valoración del estado nutricional y análisis bioquímicos y hematológicos al inicio y periódicamente para ver la tolerancia y consecución de los objetivos nutricionales, así como un seguimiento de las posibles complicaciones metabólicas, infecciosas, mecánicas, ya descritas etc. Esta experta de la SEFH puntualiza que “el FH debe conocer los tipos de nutrientes (macro y micronutrientes) en constante evolución y su manejo clínico y ser capaz de establecer una dieta personalizada, teniendo en cuenta situación clínica de cada paciente”.
El farmacéutico de hospital trabaja integrado en equipos multidisciplinares para la provisión de soporte nutricional especializado, adquiriendo una formación integral. “Para ello hay que establecer una normalización del soporte nutricional de forma consensuada con el equipo asistencial, aplicando una metodología de mejora continua de la calidad. Deben existir protocolos consensuados con el equipo y sobre todo la formulación de unidades nutritivas es de especial interés para los servicios de farmacia”, matiza.
En opinión de esta experta, el FH se enfrenta a retos constantes en este campo, fundamentalmente “la necesidad de actualizar periódicamente su formación en áreas emergentes como la nutrigenética, que permitirá en un futuro diseñar dietas personalizadas o la acreditación mediante títulos que permitan mantener su nivel de competencias. Otro reto sería la adaptación a las nuevas tecnologías, que el profesional debe ir integrando en su práctica habitual para formular nutriciones de máxima calidad y seguridad en los pacientes”.
Por otro lado, añade la doctora Tejada, “a nivel de la práctica clínica diaria el abordaje de la desnutrición hospitalaria sigue siendo un problema no resuelto que se sitúa en torno al 23% de los pacientes según el estudio Predices (prevalencia de la desnutrición en España y costes asociados), según este estudio realizado en 31 centros hospitalarios españoles”. |
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