Redacción. Madrid
Investigadores financiados por la UE han descubierto que fármacos diseñados originalmente para inhibir el crecimiento de células cancerígenas pueden matar también al parásito que causa la malaria.
Máire Geoghegan-Quinn.
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Confían en que este hallazgo pueda abrir nuevas vías para combatir esta enfermedad mortal que, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, infectó en 2009 a 225 millones de personas en el mundo y causó cerca de 800.000 muertes.
Los esfuerzos por encontrar un tratamiento se han visto hasta ahora obstaculizados por la capacidad que presenta este parásito de desarrollar rápidamente una resistencia a los fármacos. La investigación se realizó en cuatro proyectos financiados por la UE (Antimal, Biomalpar, Malsig y Evimalar) y estuvo dirigida por laboratorios del Reino Unido, Francia y Suiza, con socios de Bélgica, Alemania, Dinamarca, Grecia, España, Italia, los Países Bajos, Portugal y Suecia, junto con muchos países en desarrollo gravemente afectados por la malaria.
La Comisaria de Investigación, Innovación y Ciencia, Máire Geoghegan-Quinn, ha declarado lo siguiente: “Este descubrimiento podría conducir a un tratamiento efectivo contra la malaria que podría salvar millones de vidas y transformar las de muchísimas personas. Así se demuestra, una vez más, el valor añadido tanto de la investigación y la innovación financiadas por la UE, en general, como de la colaboración con investigadores de países en desarrollo, en particular. En última instancia, el objetivo es erradicar totalmente ese azote mundial que es la malaria, y la única manera de conseguirlo es trabajando en colaboración en muchos frentes”.
Medicamentos contra el cáncer para matar al parásito de la malaria
Una investigación conjunta dirigida por laboratorios financiados por la UE en el laboratorio conjunto Inserm-EPFL de Lausana (Suiza/Francia), el Wellcome Trust Centre for Molecular Parasitology de la Universidad de Glasgow (Escocia) y la Universidad de Berna (Suiza), ha demostrado que, para proliferar, el parásito de la malaria depende de una vía de señalización presente en las células hepáticas del anfitrión y en los glóbulos rojos. Esos trabajos pusieron de manifiesto que el parásito secuestra para sus propios fines las cinasas (enzimas) activas en las células de los seres humanos. Cuando el equipo de investigación utilizó medicamentos de quimioterapia denominados inhibidores de la cinasa para tratar los glóbulos rojos infectados por la malaria, se consiguió frenar al parásito.
Hasta ahora, el parásito de la malaria conseguía ganar la batalla desarrollando rápidamente una resistencia a los fármacos mediante mutaciones y escondiéndose del sistema inmunitario del hígado y los glóbulos rojos del organismo anfitrión, donde prolifera. El descubrimiento de que el parásito tiene que secuestrar algunas de las enzimas de la célula en la que vive abre perspectivas para una nueva estrategia de lucha contra la enfermedad. En vez de apuntar al parásito, la idea consiste en hacer que las células del anfitrión le resulten inútiles, bloqueando las cinasas presentes en ellas. De ese modo se frustra la estrategia principal del parásito para desarrollar la resistencia a los fármacos.
Ya se utilizan clínicamente varios fármacos de quimioterapia inhibidores de la cinasa en tratamientos contra el cáncer, y muchos más han pasado ya los ensayos clínicos de fase I y fase II. Aun cuando esos medicamentos tengan efectos secundarios tóxicos, siguen utilizándose en tratamientos contra el cáncer durante largos períodos. En el caso de la malaria, que requeriría un período de tratamiento más corto, el problema de la toxicidad sería menos grave. Por consiguiente, los investigadores proponen que se analicen inmediatamente las propiedades antimalaria de esos medicamentos para reducir de forma drástica el tiempo y el dinero necesarios para poner en práctica esta nueva estrategia de lucha contra la malaria.
Las próximas etapas consistirán en movilizar a socios públicos e industriales para comprobar la eficacia de los inhibidores de la cinasa en pacientes con malaria y adaptar la dosificación mediante ensayos clínicos antes de que puedan autorizarse los nuevos tratamientos y ponerse a disposición de enfermos de malaria en todo el mundo. |