Antoni Gilaber.
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Marcos Domínguez. Madrid
Es el concepto de moda pero todavía no forma parte del día a día de la gestión del medicamento más que por algunas fórmulas puntuales y algunos –cada vez más– proyectos pilotos. A pesar de estar en una fase temprana de desarrollo, los acuerdos de riesgo compartido “serán una realidad en 5 años, sin duda alguna”, según Antoni Gilabert, gerente de Farmacia y del Medicamento del Servicio Catalán de Salud (Catsalut) y uno de los principales impulsores de este concepto en nuestro país.
“Hay que irlos desarrollando”, ha explicado, “y poco a poco veremos cómo va siendo algo más sistémico”, siempre teniendo en cuenta que este tipo de acuerdos no sirve para todos los medicamentos. De momento, el Catsalut ha firmado seis contratos en áreas como la oncológica y la artritis reumatoide, y está negociando algunos más, introduciendo por primera vez un tratamiento para la hepatitis C en estos esquemas de pago por resultados.
Gilabert ha dado su visión sobre esta cuestión en la presentación del libro ‘Gestión hospitalaria y acuerdos de riesgo compartido en España’, fruto de un curso realiza por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en colaboración con UCB Pharma. Le ha acompañado en ofrecer el punto de vista de la Administración Encarnación Cruz, subdirectora general de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud, que ha preferido centrarse en la primera parte del libro, la gestión hospitalaria. Ha llamado a la implicación de los profesionales para “identificar los nichos de oportunidad”, señalando la importancia de la gestión de la farmacia hospitalaria, que es algo más “que lo solo relacionado con las compras y las adquisiciones”.
Esta gestión implica, para Cruz, la diferenciación entre “lo nuevo y lo innovador”. Por ejemplo, en el hecho de que la investigación de un fármaco esté ligada con la de su biomarcador. También ha valorado la utilidad de los informes de posicionamiento terapéutico en la implantación de la medicina personalizada y, en definitiva, el “pasar a pensar en el fármaco centrándonos en el paciente y no como una entidad en sí misma”.
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