Félix Espoz. Madrid
Joan Antoni Shoenenberger, presidente de la Sociedad Catalana de Farmacia Clínica, ha explicado durante el II Encuentro de Farmacéuticos de Hospital de Cataluña, la creación el Grupo de trabajo de Farmacéuticos de Hospital para ayudar al profesional a adaptarse al cambio en el tipo de paciente en la atención farmacéutica, del ingresado al ambulatorio, punto en el que cree importante “adaptar las estructuras y abrir las farmacias de hospital” hacia este tipo de paciente.
Momento del encuentro.
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¿Por qué nace el Grupo de trabajo de Farmacéuticos de Hospital?
La idea de crear el Grupo de trabajo de Farmacéuticos de Hospital de la Sociedad Catalana de Farmacia Clínica es organizar mejor y compartir experiencias entre los avances del hospital sobre todo en la atención de pacientes ambulatorios. Es un campo que ha aumentado mucho en los últimos años. Los servicios de Farmacia del hospital han pasado de estar orientados hacia el paciente ingresado a estarlo al ambulatorio en muy poco tiempo, lo que ha generado una serie de tensiones.
La Sociedad intenta poner sus recursos y su ayuda para compartir experiencias, para aportar ideas sobre cómo atender mejor a los pacientes.
La tecnología va avanzando y ha potenciado la atención ambulatoria, y son los farmacéuticos de hospital los especialistas que dispensan y siguen a los pacientes. Este modelo va seguir en esta dirección, así que hay que adaptar las estructuras y abrir las farmacias de hospital hacia este tipo de pacientes.
¿Qué ha supuesto para la Farmacia este cambio?
Hay que tener unas áreas de consulta para la dispensación. No está bien poner mostradores. Debemos atender a los pacientes en una sala, con privacidad. Así, poder explicar cómo se ponen las inyecciones, cómo se conservan, qué pasa si se olvida una dosis, qué efectos secundarios espera, cómo tratarlos, etc. La gente pregunta mucho y le damos explicaciones profundas. El hospital no está preparado para esto. Lo está para atender a uno o dos pacientes a lo largo de la mañana, pero no a 80.
Además, hay un problema en el personal. Está orientado a trabajar hacia los pacientes ingresados. Atender a esta gran cantidad de pacientes ambulatorios precisa que se reorienten los recursos de alguna manera y no es fácil.
Se le pide al farmacéutico que se involucre más en el hospital a varios niveles y a su vez que ‘salga’ con los pacientes ambulatorios ¿Se han reforzado las plantillas?
No se puede aumentar el personal porque no hay dinero. Hay que poner imaginación e intentar llegar a acuerdos con el proveedor de alguna manera. En eso estamos.
¿Qué objetivos se ha planteado la sociedad con este grupo?
El grupo de trabajo ha realizado un documento en el que explica cuál es la misión del farmacéutico con estos pacientes ambulatorios, cuáles son los objetivos a conseguir y cómo se hace y la actividad que eso implica. Se propone un sistema de valoración de ese trabajo, para que, al margen de lo que valga el medicamento, se retribuya el trabajo hecho. Al igual que se paga por las consultas externas, debe ser igual para el farmacéutico. Es un cambio de mentalidad y de sistema. Vamos avanzando hacia allí.
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