Eduardo Ortega / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Gredos (Ávila)
Hay más espacio para el acuerdo y la colaboración que para la discordia entre farmacia hospitalaria y botica. De hecho, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y la de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) y convienen que la farmacia comunitaria debe tener una participación más activa en el SNS a través de canales de comunicación directos, aunque también reconocen que para dar servicios como la conciliación de la medicación y el seguimiento se han de certificar para ello.
Miguel Ángel Calleja.
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Ana María Molinero.
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“Queramos o no, estamos condenados a entendernos”, ha asegurado Ana María Molinero, vicepresidenta de Sefac, quien pide para la botica acceso a “la historia clínica digital, puesto que es información que debemos compartir todos y en la que nosotros podemos aportar datos”.
De hecho, Miguel Ángel Calleja, vicepresidente y presidente electo de la SEFH comparte este punto de vista, y ha opinado que “la farmacia comunitaria debería poder escribir para hacer seguimiento del paciente. Y esta información debería de transmitirse y quedar plasmada en tiempo real para obtener respuesta en tiempo real”.
Sin embargo, Calleja precisa que para poder prestar los servicios de seguimiento y conciliación de la medicación “los farmacéuticos comunitarios tendrían que estar acreditados para ello”, una idea con la que Molinero se ha mostrado de acuerdo. Eso sí, la botica debería algún tipo de ‘plus’ por ello.
Homogeneidad
Estas son algunas de las cuestiones abordadas durante el debate ‘Cara a Cara’ celebrado en el I I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000 con el patrocinio de Gilead y Becton Dickinson, en el Parador de Gredos, en Ávila. Por otro lado, tanto Molinero como Calleja han reclamado homogeneidad en las medicamentos cuya dispensación las comunidades autónomas están llevando de las oficinas de farmacia al hospital.
Sin embargo, el farmacéutico de hospital ha considerado que esta medida se lleva a cabo para “mejorar el uso racional del medicamento”. No obstante, Molinero avisa de que, en todo caso, la causa detrás del trasvase es “económica, y no tiene nada que ver con la complejidad de los medicamentos. Muchos de ellos siguen en las oficinas de farmacia, la única diferencia con los que se han retirado de nuestros mostradores es el precio, que es inferior a los tres euros”.
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