Redacción Madrid
Un nuevo informe publicado por el European College of Neuropsychopharmacology (ECNP) plantea serias preocupaciones acerca del repentino abandono por parte de las principales compañías farmacéuticas de la investigación sobre trastornos mentales y enfermedades del cerebro en Europa.
Celso Arango.
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Junto con los ya bajos niveles de financiación por parte de la Unión Europea, el informe señala que “la retirada de fondos para la investigación en nuevas moléculas para trastornos mentales y neuropsiquiátricos es la retirada de esperanza para los pacientes y sus familias”.
El informe es el resultado de una cumbre celebrada por ECNP en marzo de 2011, a la que asistieron 60 representantes clave a nivel mundial del ámbito académico, gobierno, industria farmacéutica, sector de la biotecnología, organismos reguladores y organizaciones de pacientes.
El problema actual es que la identificación de objetivos fidedignos para la mejora del tratamiento farmacológico en psiquiatría y neurología es particularmente complejo.
Esto significa que, en las condiciones actuales, los costes de descubrimiento y desarrollo de medicamentos no se traducen fácilmente en rendimientos de mercado con la prescripción de medicamentos.
El informe identifica como principales retos el mayor tiempo de desarrollo que para otros tratamientos (13 años de media para los medicamentos neuropsiquiátricos); las mayores tasas de fracaso, a menudo ya adentrados en el ciclo de desarrollo, incurriendo en una pérdida financiera (aún) mayor; el aumento de las dificultades en la concesión de licencias, con sólo un nuevo antidepresivo (Agomelatina) con licencia en Europa en los últimos diez años, frente a los 10 nuevos anti-epilépticos; el aumento del riesgos de litigios, ya que los efectos adversos de un tratamiento son cada vez más perseguidos por los tribunales, o la presión de los mercados de capitales para llegar a los ciclos de inversión más cortos.
También destaca las insuficiencias constantes en la ciencia que respalda el descubrimiento de fármacos neuropsiquiátricos y la falta de biomarcadores seguros para la mayoría de los trastornos neuropsiquiátricos, y el exceso de perjuicios con respecto a enfermedades mentales y a la sospecha de tratamientos neuropsiquiátricos, lo que lleva a una mayor falta de voluntad de los sistemas de asistencia sanitaria a pagar por ellos.
Recomendaciones del informe
Por todos estos factores, el informe del ECNP recomienda que se adopten medidas urgentes, como trabajar en la manera de aumentar las inversiones, sobre todo para corregir los niveles históricamente bajos de inversión pública en la investigación en psiquiatría y otras enfermedades del cerebro en Europa; mejorar la investigación, en particular mediante el trabajo con la industria para poner a disposición de la comunidad de investigación académica los datos y compuestos a los que se les ha dado carpetazo, o revisar el proceso regulador para fomentar más y mejores estudios en psiquiatría.
El co-organizador de la cumbre, David Nutt señaló que “a pesar del imperativo de la salud pública, no sólo la financiación a la investigación desde la Unión Europea ha sido siempre muy baja, sino que, cada vez más a menudo las grandes farmacéuticas ven la investigación en mejores fármacos neuropsiquiátricos como económicamente no viable. Mientras la extraordinaria tradición europea en innovación de la neurociencia dependa en gran medida de la inversión privada, las consecuencias para la base de la investigación de la región y la agenda de salud pública son la mayor preocupación”.
El coste económico en la Unión Europea, impulsado sobre todo por los problemas específicos de cada enfermedad y por discapacidad prematura, se estima en unos 386 mil millones de euros al año (en 2005), superando con creces el coste de cualquier otra enfermedad. El coste humano, en términos de incapacidad laboral relacionados con estas enfermedades, fracaso social y muerte prematura, es igualmente alto. Dado que la población europea sigue envejeciendo, estos costes se intensificarán aún más.
Celso Arango, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y director científico del Cibersam, que representó a España en esta reunión afirma que es necesario fomentar la investigación pública a nivel Europeo en la búsqueda de biomarcadores y nuevos mecanismos de acción para el desarrollo de moléculas dirigidas al tratamiento de las patologías más prevalentes y discapacitantes que sufre la sociedad europea, las enfermedades psiquiátricas.
El director ejecutivo del Consejo Europeo del Cerebro, Alastair Benbow, explica que “el informe pone de relieve la gravedad de la falta de financiación en Europa en el descubrimiento de fármacos neuropsiquiátricos. Si no se toman medidas ahora, como recomienda el informe, que estimulen la investigación y la inversión en los sectores público y privado, esta área de investigación podría sufrir daños permanentes. Las consecuencias de todo esto a largo plazo para la salud mental serán necesariamente negativas”.
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