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Martes, 14 de octubre de 2014   |  Número 49
59º Congreso de la SEFH
ESTUDIO REALIZADO EN ALICANTE
La farmacia hospitalaria reduce un 10% la polimedicación en centros geriátricos
Establecer un programa de atención farmacéutica contribuye también a disminuir la media de medicamentos incluidos en el tratamiento

Redacción. Madrid
La intervención del farmacéutico de hospital en los centros geriátricos permite reducir un 10 por ciento la polimedicación de las personas mayores, según un estudio presentado en el 59 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).

José Luis Poveda, presidente de la SEFH.

El trabajo, realizado en tres centros de Alicante en dos periodos de tiempo distintos (marco de 2010 y marco de 2014), era evaluar y comparar la presencia de polimedicación en 315 y 321 pacientes, respectivamente. Tal y como ha explicado Sergio García, del Servicio de Farmacia Sociosanitaria La Florida (Alicante) y autor principal del estudio, “estos pacientes, en su mayoría crónicos o pluripatológicos, son los que más se pueden beneficiar de una atención parmacéutica”. Además, ha asegurado que la actuación de estos profesionales en estos centros como parte del equipo interdisciplinar “promueve la utilización racional de los medicamentos”.

Según García, “la polimedicación en muchas situaciones es evitable”, y en este sentido el estudio muestra que el grado de polifarmacia puede disminuir mediante un programa de atención farmacéutica, “pese a que existen casos en los que es complicado realizar una mayor desprescripción”. Así, el número medio de fármacos por tratamiento fue de 7,35 en 2010 y de 6,31 en 2014, siendo el porcentaje de pacientes polimedicados del 65,08 por ciento y del 55,76 por ciento, respectivamente. Este programa ha contribuido, además, a la reducción del número medio de medicamentos en cada tratamiento, de manera que en 2010 y 2014, respectivamente, los pacientes que toman en su tratamiento entre 6 y 10 fármacos fueron del 46,03 por ciento y 46,42 por ciento; entre 11 y 15 fármacos fueron del 15,87 por ciento y 8,72 por ciento, y más de 15 fármacos 3,17 por ciento y 0,62 por ciento.

Así, esta estrategia consiste en la participación del farmacéutico cada semana en las reuniones interdisciplinares que se realizan en los centros geriátricos junto al médico de la institución, coordinador de enfermería, psicólogo, fisioterapeuta y trabajador social. De esta manera, García asegura que, “el farmacéutico dispone de toda la información actualizada del paciente, revisa el tratamiento completo, analiza fármaco a fármaco la función relacionada con la patología y valora los resultados que se esperan de cada medicamento. Todo esto nos permite detectar problemas relacionados con la medicación, valorando con el médico el proceso de desprescripción o prescripción prudente del tratamiento a través de un informe”.

Prescripción inadecuada

La polimedicación es el principal factor de riesgo asociado a la aparición de efectos adversos, interacciones, errores de medicación, disminución de la adherencia al tratamiento o aumento del riesgo de caídas y hospitalizaciones. ”Por este motivo, partiendo de la premisa de que a mayor número de fármacos prescritos más probabilidad de que alguno sea innecesario, la población mayor polimedicada es la más perjudicada por una prescripción inadecuada“, afirma este experto.

No todos los fármacos prescritos tienen una eficacia demostrada, ni son adecuados para el paciente anciano. En este sentido, García comenta que, “existen numerosos fármacos prescritos por distintos especialistas sin tener en cuenta el tratamiento global del paciente, por lo que nos encontramos en muchas ocasiones combinaciones de fármacos contraindicados o con un riesgo incrementado de desencadenar una reacción adversa”.

Asimismo, en geriatría existen muchos tratamientos prescritos en los que, en la mayoría de los casos, el beneficio que va a encontrar el paciente es nulo o, en todo caso, menor que el riesgo asumido, como por ejemplo el empleo de gastroprotectores en pacientes sin factores de riesgo o el uso de estatinas para prevenir un evento cardiovascular.

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