Félix Espoz. Valencia
La integración de un farmacéutico clínico pediátrico en el equipo de Pediatría de un hospital puede reducir el 81 por ciento de errores potencialmente dañinos, y en unidades de críticos disminuir la aparición de estos errores con daño de 29 a seis por cada 1.000 estancias, según ha señalado Cecilia Martínez, jefe de Área Materno-infantil de Farmacia del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, durante la ‘Jornada sobre avances en seguridad de medicación’.
José Luis Poveda, Víctor Jiménez, Cecilia Martínez, Pilar Ripoll, directora general de Calidad y Atención al Paciente, y Miguel Ángel Calleja.
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Según esta experta, son muchas las formas en que un farmacéutico se puede incorporar en Pediatría, como asistiendo a las sesiones de formación y a los pases de visita, con su presencia física o con una atención inmediata vía telefónica, dando información sobre seguridad, validando las ordenes médicas o agilizando los procesos con sus conocimientos logísticos.
Como medidas para mejorar la seguridad relacionada con los fármacos, Martínez cree importante fomentar una política no punitiva de comunicación de errores; analizar las causas, realizar los cambios y evaluar el efecto que tienen; analizar el perfil de seguridad de cada centro, e introducir las medidas de forma progresiva según su nivel de dificultad, garantizando las más sencillas y demostrando la eficiencia de las más costosas.
En estas jornadas, organizadas por la Agencia Valenciana de Salut y Roche, acompañaron a Martínez en la mesa de ‘Seguridad en la medicación hospitalaria’, José Luis Poveda, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital La Fe de Valencia; Víctor Jiménez, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Dr. Peset de Valencia, y Miguel Ángel Calleja, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Virgen de las Nieves de Granada.
José Luis Poveda.
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Apuesta por Datamatrix
Poveda, durante su intervención, ha señalado que en el nuevo hospital La Fe se están realizando las primeras pruebas de integración de identificación de todos los medicamentos por el sistema Datamatrix. “Por este motivo, se ha adquirido tecnología, no sólo para el reenvasado de fórmulas orales, sino también de inyectables, con el reto de hacer la identificación de cerca de 14 millones de dosis. Si las circunstancias de la industria y el marco regulatorio cambiaran nos vendrían a todos unas circunstancias más fáciles. Pero como no parece que vaya a ser así, al menos pronto, no podemos renunciar a la posibilidad de garantizar la correcta administración de los fármacos”, ha señalado.
El Servicio de Farmacia, ha manifestado Poveda, diseñó un plan estratégico, aprovechando el cambio de hospital, que cuenta con doce puntos, aglutinados en ejes fundamentales, dos de los cuales hacen referencia a la calidad y a la seguridad. En este sentido, con un enfoque compartido entre el Servicio y el hospital, se han planteado cinco líneas de actuación: el cambio de modelo de gestión y organización; la formación y participación corporativa en la seguridad; al sistema de utilización de medicamentos, a la investigación y evaluación, y al desarrollo del factor humano.
El objetivo final: que le paciente sea correcto, el medicamento correcto, la dosis correcta, la hora correcta y la vía de administración sea correcta.
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