Redacción. Madrid
Una investigación del Centro Fisher para la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad Rockefeller, Estados Unidos, dirigida por Paul Greengard y Jennifer Warner-Schmidt, ha demostrado que los antiinflamatorios, que incluyen la aspirina, ibuprofeno y naproxeno , pueden reducir la eficacia de la clase más ampliamente utilizada de medicamentos antidepresivos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS, que se prescriben para trastornos de depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y la ansiedad.
Paul Greengard.
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Este sorprendente descubrimiento, publicado esta semana en los Proceedings of the National Academy of Sciences, puede explicar por qué los pacientes deprimidos que tomaban ISRS no responden al tratamiento antidepresivo, y sugiere que esta falta de eficacia puede ser prevenible. El estudio puede ser especialmente significativo en el caso de la enfermedad de Alzheimer. Estos pacientes frecuentemente sufren de depresión y es complicado que se pueda tratar con éxito, lo que hace que el curso de la enfermedad sea más grave. La depresión en los ancianos es también un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y los investigadores han sugerido que el tratamiento de la depresión en los ancianos podría reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.
En el estudio, los investigadores trataron a ratones con antidepresivos en la presencia o ausencia de fármacos anti-inflamatorios. Luego examinaron cómo los ratones se comportaban en tareas que son sensibles al tratamiento con antidepresivos. Las respuestas de comportamiento a los antidepresivos fueron inhibidos por los tratamientos antiinflamatorios. A continuación, se confirmaron estos efectos en una población humana.
Las personas deprimidas que tomaban antiinflamatorios eran mucho menos propensas a aliviar sus síntomas con un antidepresivo que los pacientes deprimidos que no los tomaban. Cabe destacar que en ausencia de cualquier antiinflamatorio o analgésicos, el 54 por ciento de los pacientes respondieron a los antidepresivos, mientras que las tasas de éxito se redujo a aproximadamente al 40 por ciento para aquellos que reportaron el uso de agentes anti-inflamatorios.
“El mecanismo subyacente a estos efectos no está claro. Sin embargo, nuestros resultados pueden tener implicaciones profundas para los pacientes, teniendo en cuenta los tipos de tratamiento de muy alta resistencia para los individuos deprimidos que tomaban ISRS”, señala Warner-Schmidt.
Greengard añade: “Muchas personas de edad avanzada que sufren de depresión también tienen enfermedades artríticas o relacionadas, y como consecuencia están tomando antidepresivos y antiinflamatorios. Nuestros resultados sugieren que los médicos deben sopesar las ventajas y desventajas de continuar con la terapia antiinflamatoria en pacientes en tratamiento con ISRS”. |