Redacción. Madrid
Las listas de los posibles efectos secundarios que acompañan a los medicamentos recetados han crecido en tamaño hasta alcanzar un promedio de 70 reacciones por fármaco. Un número que puede abrumar a los médicos a la hora de seleccionar los tratamientos adecuados para sus pacientes, según un nuevo estudio de investigadores del Instituto Regenstrief de la Indiana University School of Medicine, de Estados Unidos.
Jon Duque y Jeff Friedlin.
|
En el estudio, publicado en la revista Archives of Internal Medicine, los investigadores encontraron que el prospecto promedio contiene 70 posibles efectos secundarios diferentes, mientras que el de los fármacos más comúnmente recetados cuenta con un promedio de alrededor de 100. El rango superior fue muy alto, con un prospecto que contiene hasta 525 reacciones. El estudio incluyó análisis de más de 5.600 prospectos de medicamentos en los que se identificó más de medio millón de potenciales eventos.
“Tener un gran número de efectos secundarios en la etiqueta de un medicamento no debe sugerir que este no es seguro. De hecho, gran parte de este etiquetado tiene más que ver con la protección de los fabricantes ante posibles demandas que con la toxicidad real”, explica el autor, Jon Duque, investigador del Instituto Regenstrief y profesor de medicina en la Indiana University.
“Todas estos posibles efectos secundarios pueden abrumar a los médicos que deben sopesar los riesgos y beneficios de prescribir un medicamento. La FDA ha tomado medidas para desalentar tales 'overwarning’, pero, hoy por hoy, la información sobrecargada es la regla y no la excepción”, añade.
Los autores analizaron a diferentes clases de medicamentos para determinar si ciertos tipos de fármacos son más propensos a tener un gran número de efectos de etiquetado. El mayor número de efectos secundarios fue encontrado en los antidepresivos, los medicamentos antivirales, y los nuevos tratamientos para el síndrome de piernas inquietas y la enfermedad de Parkinson.
En general, los fármacos normalmente utilizados por los psiquiatras y neurólogos presentan los prospectos más complejas, mientras que los utilizados por los dermatólogos y oftalmólogos las que menos.
Un nuevo software
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores desarrollaron software capaz de identificar los efectos secundarios en los prospectos de los fármacos con una precisión del 95 por ciento. Este software, conocido como ‘Splicer’, se puede utilizar para controlar los patrones de etiquetado de forma permanente y detectar cambios de tendencia.
“Se necesitarían muchos meses de trabajo para leer los 5.600 prospectos de medicamentos e identificar todos los efectos secundarios. ‘Splicer’ puede llevar a cabo este proceso en aproximadamente un día en un superordenador y con casi la misma precisión que un ser humano. Esto es especialmente importante, ya que se crean nuevos prospectos constantemente y se revisan los antiguos”, explica el co-autor Jeff Friedlin, miembro del mismo instituto.
A pesar de la abrumadora cantidad de información que se encuentra en el etiquetado Duque es optimista: “Con la tecnología actual, los prospectos podrían transformarse de largos documentos estáticos a los recursos dinámicos, capaces de personalizar información sobre el paciente. Estos prospectos pueden tener en cuenta las condiciones médicas de cada paciente y poner de relieve los efectos secundarios que podrían ser especialmente peligrosos”.
|