Javier Barbado. Madrid
Más de la mitad del gasto de fármacos hospitalarios procede de los enfermos de las unidades de atención externa; apenas el 15 por ciento se debe a los ingresados, y, el resto, costea los medicamentos consumidos por los pacientes ambulatorios, según ha revelado el presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), José Luis Poveda, quien ha puesto así en evidencia el cambio del modelo asistencial en lo que atañe a los farmacólogos de los centros y ha instado al colectivo a concentrar su energía en la medicina innovadora y personalizada.

De izq. a dcha.: Ana Mato, ministra de Sanidad; Juan José Güemes, vicepresidente económico y presidente del Centro de Innovación y Emprendimiento de IE Business School; Joaquín Estévez, presidente de Sedisa; José Luis Poveda; Josep María Piqué, gerente del Hospital Clínic de Barcelona; y Raquel García Gordón, responsable de Market Access de Novartis en España.

Otro recurso demandado ante la nueva realidad sanitaria reside en las citaciones telemáticas que, en el caso del Hospital La Fe de Valencia (donde el ponente ejerce como jefe de Servicio), ya se corresponde con el 20 por ciento de las efectuadas en las citadas unidades (el 80 por ciento, sin embargo, continúa haciéndose en el recinto hospitalario de la forma tradicional).

Poveda también ha mencionado el ejemplo, en La Fe, del Comité de Terapias Biológicas, creado en 2011 y que ha logrado desde entonces “el cumplimiento de objetivos terapéuticos determinantes y estrategias muy claras como optimizar el acceso a las terapias biológicas y revisar el valor que aportaban los pacientes en este caso”. “Desde su creación, se ha estabilizado el coste total y por paciente, cercano éste a cifras de 2003: se ha racionalizado, puesto valor y generado posibilidades de intervención”, ha aseverado Poveda.

De acuerdo con su exposición, en el centro valenciano también se ha potenciado la automatización de procesos en la Unidad de Pacientes Externos así como la gestión de citas segmentada (pacientes nuevos, con cambios de tratamiento y exentos de éstos).

En su opinión, la adaptación a la nueva realidad de enfermos extrahospitalarios exige una nueva forma de pensar más que recurrir, por ejemplo, a las grandes infraestructuras (pese a que, en el caso de La Fe, hace solo tres años se haya estrenado hospital). En cambio, Poveda ha apostado por “involucrar a los ciudadanos, la industria y los profesionales, potenciar la sanidad 2.0 y el uso de las nuevas tecnologías, aumentar los contactos, disminuir las visitas y reforzar la seguridad de la información”. Y ha apostillado, en relación con la relación estrecha con los enfermos, el acuerdo firmado por el Servicio que encabeza con la Asociación de Pacientes con Hemofilia.