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Martes, 17 de mayo de 2011   |  Número 5
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JORNADAS DE LA SEFH
Ramón Morillo: “Tal vez sea el momento para empezar a demandar consultas específicas monográficas de pacientes con patologías víricas”
El especialista del Hospital de Valme afirma que es necesario modificar el modelo de seguimiento farmacoterapéutico que se realiza a los pacientes

Félix Espoz. Madrid
Ramón Morillo, del Servicio de Farmacia Hospitalria del Hospital de Valme de Sevilla, ha asegurado que “es el momento, si las evidencias científicas lo dicen y las económicas también, para que podamos empezar a demandar consultas específicas monográficas de pacientes con patologías víricas”. Esta reflexión la ha realizado en el marco de las Jornadas de Actualización en Atención Farmacéutica al Paciente con Patologías Víricas, organizadas por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.

Ramón Morillo.

El experto ha explicado cómo, hace 11 años, el grupo de SEFH desarrolló un documento que se basaba en el seguimiento al paciente VIH en aquel momento. Se incorporaban 3 grandes retos: “nos enfrentábamos por primera vez al proceso de la entrevista clínica con los pacientes, incorporarnos al equipo multidisciplinar que llevaba a cabo el seguimiento de estos pacientes y asumíamos la optimización de los recursos disponibles”.

Se planteaban, además, como actividades el informar y asesorar a pacientes y clínicos; desarrollar aspectos de investigación, docencia y formación, y, sobre todo, seguir manteniendo la calidad de lo que se venía haciendo. “Tras esta primera década vimos que los resultados eran más que satisfactorios”, añade.

Pese a lo cual, afirma el marco farmacológico actual “no tiene nada que ver con el que nos movíamos en el año 2000. De hecho, la gran mayoría de fármacos que usábamos entonces hoy están en franca decadencia. Además, ha cambiado el marco asistencial, el volumen y el patrón de pacientes. Ya no es el paciente ex-adicto, si no uno con un nivel formativo mucho más amplio que nos presenta cuestiones complejas. El tipo de patología asociada a los pacientes con VIH también ha supuesto un cambio, y en los últimos años hemos sufrido una revolución con la hepatitis B y probablemente en los próximos años también lo hagamos con la hepatitis C”.

En este contexto, Morillo se ha preguntado si se monitoriza la calidad de la atención farmacéutica que se presta. “El que exista cierta ambigüedad en cuanto a lo que hacemos en nuestros centros no sólo supone un riesgo en los resultados farmacoterapéuticos de nuestros pacientes, sino que además minusvalora nuestra actividad profesional. Como ejemplo, en el Plan Andaluz del Sida, presentado hace un año, se reflejaba que dado a que las dispensaciones en farmacia eran una cuestión rutinaria, a partir de X tiempo se volverían hacer en centros de salud, sin tener en cuenta la formación específica que nosotros reunimos”, añade.

Medidas en marcha del Plan nacional

El Plan Nacional de Sida va a publicar en los próximos meses unas recomendaciones para establecer claramente las competencias profesionales de todos los participantes en el cuidado y manejo del paciente VIH. “No sólo para definirlas, -ilustra el experto- sino también para potenciar la comunicación entre niveles y dentro de los niveles. En los próximos meses tendremos un borrador público en el que se podrán hacer alegaciones”.

“Creo que este documento debe incorporar, ya que va a marcar las pautas en los próximos años, unos retos que deben ser unas propuestas de máximos para los farmacéuticos hospitalarios. Tal vez sea el momento, si las evidencias científicas lo dicen y las económicas también, para que podamos empezar a demandar consultas específicas monográficas de pacientes con patologías víricas”, asevera.

Según Morillo se debe seguir seleccionando a aquellos pacientes a los que hay que hacer un seguimiento más intensivo y “seguir mejorando la calidad de los procesos que realizamos”. Ppor estos motivos se plantea como puntos clave para desarrollar la actividad en los próximos años el “modificar el modelo de seguimiento farmacoterapéutico que hacemos a nuestros pacientes; tenemos que compararnos entre nosotros y saber cómo estamos utilizando los fármacos en nuestros centros, los de nuestro entorno e incluso a nivel nacional; debemos adaptar nuevas tecnologías, y seguir optimizando la utilización de los fármacos”.

Proyectos a tener en cuenta

En aras de avanzar hacia una mejor calidad de los servicios prestados, a nivel nacional se ha planteado el Proyecto Origen, que pretende ser “una foto a nivel nacional para ver dónde estamos”. El proyecto busca “definir la estructura con la que actualmente se realiza la actividad asistencial, docente e investigadora en todos los centros del país”, Y crear un observatorio “que marque las pautas de cómo hay que hacer la atención farmacéutica y dé la voz de alarma cuando no estemos haciendo lo que se espera de nosotros”, señala.

También se ha puesto en marcha el Estudio Predictor, mediante el cual se ha desarrollado “un modelo matemático que diga el riesgo de aparición de PRM en nuestros pacientes, de manera que previamente a la dispensación nos indique el tiempo que debemos dedicar al seguimiento de estos pacientes”. Estudio multicéntrico hecho en 10 hospitales de España. Se ha creado una aplicación web que mide estas las posibilidades y se puede utilizar de una forma sencilla en www.estudiopredictor.sefh.es.

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